viernes, 5 de junio de 2009

CANEJO


CANEJO



Pensé en un sueño, que los chicos no sufrieran. No quería una utopía.
Me acordé de los sueños de una niña de diez años en el siglo pasado en un libro de Jung. Eran doce. De cada uno de ellos pueden hacerse mil caminos (no yo en este caso, recuerden que además de no saber hacerlo, también soy la soñadora)
Junté todos los sueños y tomé los siguientes fragmentos:
“Pero Dios viene desde los cuatro rincones, de hecho cuatro dioses independientes, están haciendo buenas obras, crecen hasta un tamaño tremendo, de este modo hasta el ratón se convierte en humano. Una gota de agua llena de ramas de árbol. Un niño malo tiene un terrón de tierra. Una mujer cae al agua y sale de ella renovada y serena.
“En Norteamérica mucha gente rueda por un hormiguero y es atacada por las hormigas. Hay un desierto en la luna dónde se hunde tan profundamente, la toca, le salen pájaros de la piel, oscurecen el sol y la luna y todas las estrellas, excepto una”
Tan distintos son los significados completos de los originales. Tan distinto cómo cuándo sólo se quiere ver una parte de las cosas.
Todo esto es porque me pregunté cuál era la máxima degradación que se le puede hacer a un niño. Y eran tantas, tantas… Que empecé por querer saber si podían dormir después de haber comido. Pensé qué estarían soñando mientras algunos de nosotros grandes y despiertos estamos haciendo tan poco.
Que saca el sueño canejo, lo saca.

Mercedes Sáenz
A pedido contesto: Los doce sueños son sacados del libro de Carl Jung "El hombre y sus símbolos" pág. 67 Ed. Caralt,1964